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Hola, queridx <3

Esta semana comencé a ver la serie de Vikingos, no me juzgues, todo llega a su tiempo. Estoy muy emocionada porque me llena la curiosidad y me ha puesto a investigar la cultura Celta. Es bellísima, y me encanta estar investigando precisamente cuando en mi pueblo comienza a llegar el frío. Por eso quise escribir esto sobre la relación del invierno con los estados emocionales de los humanos y las etapas de crecimiento de las plantas. Escribir desde mi perspectiva lo que nos enseña la tierra sobre adaptarnos, sobre como una gran amiga decía ayer: Amar lo que es.

En la antigua cultura Celta, el invierno simbolizaba el final de un ciclo y el inicio de otro. Era un momento de oscuridad y descanso, no de muerte, sino de renovación. En esta época, la naturaleza se repliega, protegiendo las semillas bajo la tierra, esperando su momento para germinar. Pero, ¿qué tiene esto que enseñarnos hoy, cuando el invierno también puede sentirse como un reto para nuestra salud emocional?

El descanso necesario: La pausa como acto de vida
Las plantas nos muestran que el descanso no es inactividad, sino preparación. En el invierno, las semillas están protegidas bajo tierra, en un espacio de oscuridad que no las destruye, sino que las cuida. De la misma forma, este tiempo del año puede ser una invitación a cuidarnos y nutrirnos desde adentro.

Muchos hemos o podemos experimentar melancolía o tristeza durante esta época (conocido como Trastorno Afectivo Estacional). Como las plantas, también necesitamos protegernos, buscar luz y rodearnos de lo que nos nutre.

La oscuridad no es el enemigo: La belleza de lo latente
En la cultura celta, la oscuridad no era un espacio temido, sino respetado. Es en ella donde germinan los comienzos.Así como en el mundo de las plantas, es en la tierra oscura y húmeda donde las raíces crecen más fuertes.

En un mundo dónde debemos producir lo más que podamos, sonreir lo más que podamos, trabajar lo más que podamos, experimentar lo más que podamos, y así sigue la lista… El poder aceptar nuestras emociones, incluso las más oscuras,es parte del ciclo de la vida. Es comprender que necesitamos inviernos cada cierto tiempo, para detenernos en esa tierra oscura y húmeda. Dejar que nuestras raíces crezcan fuertes para que cuando la primera llegué podamos crecer y florecer. 

Todo tiene su tiempo y propósito.

Aprender de las plantas: Preparar el terreno para florecer
El invierno es una temporada clave para cuidar de las plantas de nuestro jardín. En Vartika, sabemos que este es el momento perfecto para renovar sustratos, podar y nutrir la tierra. Y lo mismo ocurre con nuestras vidas: ¿qué relaciones, pensamientos o hábitos necesitamos podar o renovar para tener un crecimiento más saludable?

Renacimiento: La promesa de la primavera
Así como las plantas emergen con fuerza en primavera, nosotros también podemos encontrar esperanza en este ciclo. No importa cuán largo parezca el invierno; todo lleva a un renacer, a hojas y flores nuevas.

Sabernos capaces de cuidar nuestras plantas y a nosotros mismos en invierno es una promesa de vida. La tierra dormida no está vacía; está gestando lo que será.


Por eso la bandita de Vartika Jardín, quiere acompañarte en este proceso, cuidando de tus plantas y, a través de ellas, también de ti. Porque incluso en la oscuridad hay crecimiento.

Gracias por leerme. Gracias por compartir estas letras a quien quieras regalarte un rayito de esperanza. Y mucha fuerza, paz y descanso. Que la muerte del año, nutra y fortalezca tus plantas y tu vida.

Con cariño: Carolina.

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